lunes, 9 de abril de 2012

Las contradicciones de Danilo



8 Abril 2012, 9:42 PM
Las contradicciones de Danilo
No dijo que la inflación acumulada deterioró el poder compra del peso
Hoy Digital
Escrito por: ARTURO MARTÍNEZ MOYA
El próximo 20 de mayo Leonel dirá a Danilo: vámonos, que aquí no nos quiere nadie, como dijo Bolívar a su ayudante José Palacios, según la narración de El general en su laberinto, de García Márquez (p. 13). Hipólito ganará en primera, supera a Danilo con más de diez puntos porcentuales, diferencia que aumenta con el tiempo. Danilo lo sabe, zigzaguea sin brújula, por eso alaba el modelo de crecimiento 2005-2011 y luego lo cuestiona.
Teme a Leonel, por eso en su discurso ante la Cámara Americana de Comercio no se refirió a los desbalances de la economía y a sus consecuencias. No dijo que la inflación acumulada de 46% había deteriorado el poder de compra del peso. Que combinado con la destrucción de empleos productivos, empujó a la pobreza a un millón y medio de personas y a ciento cincuenta mil personas a la pobreza extrema.
Que sus gobiernos se habían excedido en el gasto sobre lo que produjo la economía en el período 2005-2011. Que en promedio el producto había crecido 7.1% y 10.5% el gasto total (consumo e inversión). Que el diferencial de crecimiento es consecuencia del déficit del presupuesto, que acumulado ascendió a RD$214,415 millones, financiado con deuda.
Danilo y Leonel son responsables de ese exceso de gastos y de sus efectos macroeconómicos. De la duplicación de las importaciones en detrimento de la producción local, principalmente la agropecuaria. Del alto y estable déficit en la cuenta corriente, que acumulado ascendió a US$19,605 millones en el periodo 2005-2011.
La doble cara de los peledeístas cansó a la gente. Los empresarios lo sintieron cuando de alguna manera Danilo intentó responsabilizarlos del deterioro externo. Es cierto que el déficit en la cuenta corriente, que en el periodo promedió 6.1% del PIB, al final es la suma de los déficits públicos y privados. Pero también es cierto que el aporte de Danilo y Leonel, con su mala política, que tuvo la forma de endeudamiento público neto, fue de 4.4% del PIB, incluyendo el aumento de la deuda neta del Banco Central de 1.4% del PIB. De modo que la participación del sector privado apenas promedió 1.7% del PIB.
Sus contradicciones dejaron una impresión parecida a la que sintió José Palacios cuando encontró al general Bolívar cerca del delirio. Porque para demostrar que era un hombre de ideas como repite, tenía que citar, por ejemplo, que había sido excepcional el flujo neto de capitales en el mundo (US$700 mil millones) en el periodo 2005-2008.
Que los peledeístas se habían beneficiado de esa bonanza, con influjos netos de capitales privados y préstamos del gobierno por US$21,722.9 millones, equivalentes a la suma del déficit en la cuenta corriente (US$19,605 millones) y la acumulación de reservas (US$2,117.9 millones).  Pero que a diferencia de los bancos centrales de la mayoría de los países emergentes, el nuestro no aprovechó para “blindarse”, elevando sus reservas internacionales para enfrentar shocks internos y externos. Que el 40 por ciento de las reservas que acumuló son explicadas por créditos y préstamos del FMI (US$838 millones) desde el 2009. Lo que Danilo sí demostró fue que es más de lo mismo, por eso sus sueños se convertirán en tinieblas

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