miércoles, 5 de septiembre de 2012

La Ciudad de La Vega Modelo de Arquitectura Republicana que Desaparece.


La Ciudad de La Vega Modelo  de Arquitectura Republicana   que Desaparece.
La actual ciudad de La Vega fundada por los sobrevivientes de La Concepción, antigua fundación española, obra  del Descubridor y Conquistador Cristóbal Colón, que desapareciera en 1562 a consecuencia de un devastador movimiento telúrico que azotó toda las regiones Central y Norte de la isla,  cambiando así  el rumbo de aquellos históricos acontecimientos que se iniciaron a partir de la  epopeya del descubrimiento
Informaciones de diferentes épocas  dan cuenta de que la  ciudad actual, segunda de las fundaciones correspondientes a La Vega, levantada alrededor de un antigua  ermita dedicada  al culto de San Sebastián, que  estuviera situada al otro lada del  Río de donde  estuviera la  ciudad de la Concepción, no llegara a adquirir la importancia estrategia ni el valor  arquitectónico  y urbanístico de aquella
El abandono paulatino de los pobladores de la Concepción desde  mucho antes del terremoto y su  traslado a  otras localidades de la isla y  fuera de ella, en gran medida a consecuencia de la decadencia económica y el estancamiento general de la colonia, así como la incertidumbre que se apodera del ánimo de aquellos colonizadores que  decidieron quedarse al frente de sus intereses, no  obstante los estremecedores acontecimientos causados, por la naturaleza, fueron  más que suficiente para que la nueva ciudad  careciera  de  edificaciones de calidad similares a las de la  mayorías de las fundaciones  erigidas en el nuevo mundo.
Ni siquiera el templo principal de la nueva ciudad, ni el santuario erigido en honor  a Nuestra Señora de Las Mercedes en lo  alto del  Santo Cerro, originalmente construido de madera y más luego reemplazado por una pequeña y sencilla capilla, fueron  objeto de mayores pretensiones
El profesor Erwin W. Palm en su obra “Los Monumentos Arquitectónicos de la Española” dice sobre esta situación lo siguiente: “ La ciudad  que fines del siglo XV prometía tanto que  el testamento  apócrifo de Cristóbal Colón pudo presumir la voluntad del Descubridor de grabar en mármol la memoria de su gran empresa precisamente en la iglesia de  La Concepción de La Vega, en 1528, en definitiva tiene  fortaleza e iglesia de piedra y un Monasterio de San Francisco de Piedra e casa de Cabildo  y otros veinticinco  edificios de piedra muy bueno…… no hay agora (ahora) veinte  vecinos. La Vida se ha retirado de la ciudad. A Las Casas le parece soñar cuando, con el bullicio  de los años pasados aún en la retina, contempla ahora La Vega Real abandonada
De esta forma debe haber  transcurrido el resto del siglo XVI, todo el siglo XVII, de tan ingratos recuerdos en la historia de La Española  y parte del siglo XVIII. Con el apogeo que toma la colonia de Santo Domingo en el siglo XVIII, resurgen nuevamente las poblaciones del  interior, entre las cuales se encuentra la de La Vega. No obstante continuar siendo sus edificaciones de madera, y por supuesto carentes de diseño arquitectónico de valor alguno. Todavía a finales del siglo XVIII, La Vega sigue siendo una simple y modesta ciudad sin las  pretensiones de su predecesora
El escritor norteamericano Samuel Hazard en su  extraordinaria obra “ Santo Domingo, su pasado y presente”, publicada en la ciudad de New York  en 1873, y reeditada en  1974 por la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, en   la que  refería a nuestra isla la conceptúa  como  “ victima del infortunio”, refiere de La Vega entre otras cosas lo siguiente: “ Esta constituida de manera ordenada; las calles  se cruzan en ángulo recto, y  en el centro de la  ciudad se halla la   acostumbrada plaza, cerca de la cual está el único edificio de importancia en el lugar, la iglesia. Las casas son generalmente de madera, aunque son mucho mejor que la mayoría de las demás ciudades,  siendo algunas de ellas de una solidez muy respetable…”
Es a finales del siglo XIX,  que se transforma definitivamente la ciudad de La Vega. Es durante  el llamado período del romanticismo que la  histórica ciudad  del Camú se transforma de lo que prácticamente podría considerase una  sencilla comunidad en una ciudad con características definidas, dotada de manzanas rectangulares, como apunta Hazard, y  bien proporcionadas, parque con glorietas y una diversidad de edificaciones entre3 la que se  encuentran las primeras  construidas de mampostería, hasta entonces  inexistentes en la ciudad.
El establecimiento en le Cibao de la Compañía Escocesa de Ferrocarril Santiago-Samaná, (Nota. U. Solís U., el proyecto del Ferrocarril Samaná- Santiago, nunca se dio, este solamente llegó, y fue  se consolido el proyecto Sánchez-La Vega,  el proyecto de  una de las mentes más progresistas que  haya tenido la República Dominicana, de todos los tiempos  hasta el día de hoy, y nos referimos a Don Gregorio Riva, a quien la Nación Dominicana le debe mucho y aún la Región del Cibao en especial la Ciudad de La Vega.). Trae a La Vega cierto progreso a la vez que conecta con las corrientes artísticas y culturales  cada vez más florecientes en la Europa romántica de finales del siglo XIX y comienzo del XX,
La comunicación con el puesto de Sánchez,  abierta  por el ferrocarril en el año de 1886 pone a La Vega en contacto con los estilos arquitectónicos europeos, así como con los patrones de construcción de aquellos tiempos, tantos  del viejo  mundo como de Norteamérica, permitiendo además la  oportunidad de conocer y ponerse en contacto con los nuevos materiales que procedían de ambos lugares
Con la llegada de varias empresas extranjeras a la región,  y la  afluencia de  materiales industrializados al mercado local, como  madera procesada,  acero,  cemento,  planchas lisas y acanaladas de zinc para cubiertas y otros más, por la  cual se desarrolla una actividad constructora similar a las de otras  ciudades importantes de la República.
La arquitectura republicana, denominación adquirida por las edificaciones que  del período que se  inicia con la Independencia de la República  a mediado de siglo XIX, entre los cuales florecieron  los estilos neoclásicos y victoriano, se desarrolla con singular  apogeo, llegando en cierto modo a llamar a atención de todo el país  que, en aquellos tiempos  se debatía entre levantamientos políticos y guerras revolucionarias.
El eclecticismo de la arquitectura republicana vegana es tan característico  que, según expresa el arquitecto Pedro Gamundy en su trabajo sobre  la Tipología Arquitectónica  Dominicana, es casi imposible establecer un orden por  estilos
Al igual que en otras  ciudades del país los veganos se apoderaron de otros estilos arquitectónicos de aquellos momentos, tales  como el Art. Nouveau, Art. Deco,  El Pradera, este último proveniente de las llanuras del  Medio-Oeste  de los Estados Unidos donde el gran maestro Frank Lloyd Whight, uno  de los padres de  la arquitectura contemporáneo fuera  su líder, y el estilo Bungalow, que  floreciera junto al Pradera en los  comienzos del siglo XX
La radicación  en La Vega a principio   del siglo XX del arquitecto Italiano Alfredo J. Scaroina contribuyó de manera notable  al mejoramiento del perfil urbanístico de la ciudad. Entre  sus principales obras estuvo la del Mercado de La Vega,  demolido penosamente y sustituido por una inhóspita plaza.
Similar a lo sucedido a  todas las demás   ciudades  dl país, el progreso, en su más funesta expresión , continua haciendo estragos en la mayoría de las edificaciones que dieron  identidad y categoría a la  ciudad Olímpica, dándole paso a una serie de nuevas edificaciones que,  a diferencia de las sustituidas, carecen  de estilo arquitectónico alguno, y más bien constituyen, a darle a esa  esta ciudad el sello  de uniformidad e impersonalidad que caracteriza a todas las demás ciudades  importantes de la República
Paralelamente  con estas devastaciones  se han estado efectuando  recientemente unas   pseudo restauraciones de fachadas en la que predominan la eliminación del recubrimiento de los ladrillos que están construidas , de igual manera que se hiciera en el interior del Santuario del Santo  Cerro, contradiciendo la naturaleza de los estilos arquitectónicos  en que  están inspiradas estas edificaciones
La Vega está llamada a jugar un  papel estelar en el desarrollo económico de nuestro país. Esperamos que todos los veganos, vinculado al progreso, no solo en el orden económico sino en el social y cultural, se ponga a tono con el clamor nacional, contribuyendo, por un lado al  rescate  de la  antigua Concepción  y por otro  a la revalorización de la zona antigua de  la ciudad , de forma que junta a todas las  demás ciudades  importantes de la República Dominicana reciba la admiración  y el respecto de cuantos la visiten
Fuente, consultada.
Manuel  del Monte Urraca, colección Vega Vieja, Vol.III, pps 15al 20

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