viernes, 25 de enero de 2013

Duarte excomulgado

Duarte excomulgado

Rafael A. Escotto |
Fuente;http://lainformacion.com.do/noticias/opinion/columnas/7194/duarte-excomulgado




El 28 de julio de 1844 se produjo un hecho de alta traición religioso-política que todavía perdura por los fueros de la iglesia católica dominicana, cuando el arzobispo Tomas Portes e Infante lanzó una pastoral excomulgando a todos los seguidores y simpatizantes de la idea independentista auspiciada por el Patricio Juan Pablo Duarte y a todo aquel que osara votar en contra de Pedro Santana. A fin de ilustrar a aquellos dominicanos que aun desconocen la existencia de esa condena, me propongo sin ánimo de entrar en disputa con nuestra jerarquía eclesiástica, publicar un fragmento de esa circular:
   
“Solo Dios puede consolar nuestras penas, solo ese grandísimo Dios, ese Dios de dioses de toda consolación, es el único que sabe hablar al corazón: por consiguiente él os dice por órgano de mi débil voz, pero embajador de su hijo preciosismo, que os mantengáis en tranquilidad, que no abuséis de su misericordia y advertid que él es muy celoso de su honor y de su gloria y ya vosotros estáis comprometidos, y por supuesto se dará por ofendido si no obedecéis los mandatos y ordenes tanto del general de división y jefe supremo Santana como los de la Junta Central Gubernativa, para lo cual os conminamos con excomunión mayor a cualquier clase de persona que se mezclase en transformar las disposiciones de nuestro sabio Gobierno y del bien social”.
   
No cabe ninguna duda, que con esta égloga la iglesia católica bajo el poder eclesiástico del arzobispo Portes e Infante se convirtió en opositora irascible de la independencia de la Patria y defendió con igual vehemencia a Pedro Santana quien era contrario a Duarte y a sus seguidores. El padre Hidalgo y Costilla héroe de la independencia de México, al igual que le sucedió a  Duarte con el arzobispo Portes fue excomulgado por el Papa Pío VII cuyo acto significó una infamia de la Iglesia y cuya pastoral ha debido ser reparada a tiempo por el clero dominicano.
   
Esa expulsión de Duarte de la comunidad de los fieles y del uso de los sacramentos se produjo también por la  firmeza y la fidelidad inalienable de Duarte de que la Patria fuera libre e independiente de toda potencia extranjera, entre los que estaban los europeos, a la que la clerecía estaba arrodillada y a cuyo refugio anhelaba regresar. ¿Por qué la iglesia se declaró abiertamente  antagónica con las ideas del Patricio? En tiempo de la ocupación haitiana de esta parte de la isla la iglesia fue despojada de sus riquezas y, ese acto fue causa suficiente y única para que el clero apoyara explícitamente la facción conservadora y se declarara contraria al progresismo que había adoptado como principio y meta política y social La Trinitaria.
   
El pulpito fue entonces tomado por el arzobispo Portes para predicar contra las ideas liberales de Duarte incitando al acosamiento de los trinitarios y de toda persona o institución que apoyara la independencia. Fue bajo ese estado de acoso que el Patricio, su familia y amigos sufrieron el desconsuelo producido por el destierro a Venezuela.
   
Fue durante el Concilio de Trento que la Iglesia recomendó a los obispos y prelados más mesura en el uso de las censuras; a continuación reproduzco un pasaje del Concilio donde se plantea a la Iglesia alejarse de esos excesos:
   
"Aunque la espada de la excomunión es el nervio mismo de la disciplina eclesiástica, y muy saludable para mantener a la gente en la observancia de su deber, sin embargo, debe utilizarse con sobriedad y gran circunspección; ya que la experiencia enseña que si es manejada con ligereza o por causas leves, es más despreciada que temida, y obra más mal que bien. Por lo cual, tales excomuniones que suelen ser dictadas con el fin de provocar una revelación, o debido a cosas perdidas o robadas, no debe ser emitida por otro que no sea el obispo; y no después, excepto debido a alguna circunstancia poco común que mueva al obispo a ello, que él haya sopesado la cuestión madura y diligente".
   
Al término de esta etapa de la historia la Iglesia nunca se ha pronunciado sobre esta ofensa ni ha reivindicado al Padre de la Patria en el bicentenario de su nacimiento. Veo conveniente que el cardenal López Rodríguez, previo a cualquier participación de la Iglesia en ceremonias religiosas en honor a Duarte y a su heroísmo se produzca justicieramente la transformación de esta trágica elegía del arzobispo Portes e Infante y de la Iglesia como institución. Después de todo, en el caso de la excomunión de Duarte me veo obligado a recurrir en  su defensa  a una frase de Lucero: “Las excomuniones son castigos meramente externos y no le privan a uno de las oraciones comunes de la Iglesia”.

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