domingo, 22 de febrero de 2015

LA VEGA BAJO TIERRA



LA  VEGA BAJO TIERRA

LA VEGA VIEJA.- Para agosto de 2011 está previsto que el papa Benedicto XVI venga a República Dominicana y se da por descontado que durante su estadía en el país visite este histórico lugar, por ser aquí donde se erigió una de las dos primeras diócesis de América.

Sin embargo, lo que se conoce como La Vega Vieja dista mucho de ser el sitio adecuado para recibir al Sumo Pontífice, a menos que se habilite el lugar para que pueda dar cabida a decenas de miles de feligreses dominicanos y turistas interesados en verle de cerca.

El lugar bautizado como Parque Histórico La Vega Vieja es apenas un solar donde no se pueden recibir simultáneamente más que algunos cientos de personas y no una multitud, como la que se supone se aglomeraría para ver al jefe de la iglesia Católica.

Importancia histórica
La Vega Vieja fue el lugar escogido por Cristóbal Colón para construir uno de los primeros asentamientos para afianzar la presencia de los españoles en la isla.

“Por aquí comenzó la historia nuestra”, resalta Hipólito Abreu Ramos, administrador del proyecto La Vega Vieja.
El Almirante se interesó en el lugar tras comprobar que en estos predios, en el río Verde, encontraron oro. Además, en el lugar abundaba la madera preciosa y había muchos indios jóvenes.

Fortaleza de la Concepción
Lo
primero que mandó a construir el almirante en 1494 fue el Fuerte de la Concepción, la edificación hecha de ladrillos se concluyó ocho años más tarde.

El fuerte estaba ubicado en un lugar estratégico y ofrecía una vista panorámica de la zona.

Se componía de dos plantas físicas. Además de su uso militar, servía también de casa de administración. La casa de guardia estaba arriba. Abajo la casa de administración.

Alrededor de esta fortaleza se levantó entonces una villa llamada también de La Concepción y que más tarde se conoció como La Vega.

En el lugar se levantó también una iglesia y unas 48 casas de cantería, en base a piedras, ladrillos y argamasa. Además se construyeron alrededor de 300 casas menores, de madera y cana.

En La Vega se instaló el primer trapiche, la primera casa de alfarería, una de las primeras catedrales, la primera casa de fundición de metal y la primera casa de acuñar monedas. Pero todo eso quedó bajo tierra.

Hacia 1508 ya la Villa de la Concepción era reconocida por la corona española como tal y se le otorgó un escudo.

La ciudad alcanzó su clímax de prosperidad en 1516. Entre los años 1521 y 1525 se registró una mortandad que acabó con gran parte de los indios.
A partir de 1543 se inició una decadencia progresiva de la ciudad.

Terremoto histórico

El dos de diciembre de 1562 un fuerte terremoto destruyó casi por completo la ciudad, por lo que los colonizadores decidieron levantar otra villa en el lugar donde hoy se encuentra la ciudad de La Vega, a siete kilómetros de aquí.

Tras el sismo, lo único que quedó en pie fue una parte de la fortaleza, que aún hoy se puede observar.

De la catedral apenas quedó en pie una columna y parte de los cimientos.
De hecho, los españoles usaron parte de los ladrillos de la vieja iglesia y del fortín para levantar la nueva ciudad de La Vega.

En los últimos 20 años del siglo XVI la ciudad ya estaba totalmente despoblada.

Con el paso del tiempo las ruinas de la ciudad fueron quedando bajo tierra. Esto hizo que muchos pensaran que la histórica ciudad se había hundido tras el terremoto. Esta hipótesis, sin embargo, ha sido descartada por los investigadores, como también se ha enterrado el mito de que la Virgen de las Mercedes intercedió a favor de los españoles en la batalla del Santo Cerro.

El rescate
En 1976 empezó el rescate de La Vega Vieja.
Cuando los arquitectos Pedro Gamundy Colón y José González Hernández iniciaron los estudios para el rescate de La Vega Vieja encontraron que todo estaba soterrado.

“Lo único que estaba sobre la superficie era parte de la fortaleza, todo lo demás estaba bajo tierra”, explicó Abreu Ramos.

Dijo que tan pronto comenzaron las excavaciones se dieron cuenta que allí nunca se produjo hundimiento.

Todo paralizado
Según los datos históricos, La Vega Vieja ocupaba unos cuatro kilómetros cuadrados. De hecho, los arqueólogos tenían previsto procesar unas 82 tareas, donde suponen hay restos de la vieja ciudad.

Y aunque hace 32 años que comenzaron las excavaciones apenas han trabajado en unas 13 tareas, porque el Gobierno no les ha comprado a las personas que ocupan el lugar y que cuentan con títulos de propiedad. Es por esto que cuando el visitante viene a ver las ruinas de La Vega Vieja apenas puede ver los restos de la fortaleza, nada más.

Los terrenos alrededor son propiedad privada.
A unos 300 metros del fortín está lo único que quedó de la antigua catedral: una columna y parte de los cimientos.

Inicialmente, el proyecto de La Vega Vieja conllevaba un presupuesto de RD$36 millones, hoy se habla de más de RD$300 millones. La falta de recursos y de interés por estas reliquias mantienen paralizados los trabajos de rescate del primer asentamiento cristiano de América.

Sorpresa papal
En caso de que Benedicto XVI, como se espera, opte por llegar hasta este primer asentamiento cristiano del Nuevo Mundo para ver el lugar donde estuvo la iglesia, podría llevarse una desagradable sorpresa, a menos que de aquí a agosto de 2011 las autoridades no decidan aportar los recursos necesarios para ampliar los trabajos de excavación y rescate de las históricas ruinas.

A menos de cinco metros de la única columna de la catedral que queda en pie está una letrina. La columna está entre dos humildes viviendas. Al lado también se ve parte de los cimientos de la iglesia en medio de un platanal.
Yubelkis Suárez, quien vive precisamente en el solar donde está la ruina, deplora que las autoridades no le den el valor que merece esta reliquia.
“Si le dieran valor eso no estuviera así de abandonado”, expresó.
Para recibir al Papa
Para recibir al Papa en La Vega Vieja definitivamente el lugar tendría que acondicionarse muy bien, tal como afirma Hipólito Abreu, administrador del parque histórico.

En primer lugar, es imprescindible que el Estado adquiera unas 69 tareas que ameritan ser procesadas, pues se supone que enterrados allí hay restos de la ciudad. Además, habría que habilitar una explanada para dar acogida a cientos de personas, cosa que hoy no existe.

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