lunes, 15 de junio de 2015

EL PRIMER CRIMEN DE TRUJILLO EN 1930, asesinato de José Virgilio Martínez Reyna y su esposa Altagracia Almánzar


EL PRIMER CRIMEN DE TRUJILLO EN 1930, asesinato de José Virgilio Martínez Reyna y su esposa Altagracia Almánzar

El 1 de Junio del año 1930, desconocidos asesinaron, a balazos y con armas blancas al político y periodista Virgilio Martínez Reyna y a su esposa Altagracia Almánzar, quien se encontraba embarazada. El hecho fue cometido en horas de la noche del 1 de junio de 1930, en la residencia del matrimonio, en San José de las Matas, provincia Santiago.

El ex presidente Joaquín Balaguer, en su obra Memorias de un Cortesano de la “Era de Trujillo”, dice que en el momento del crimen Martínez Reyna, sufría una grave enfermedad porque sus pulmones estaban deshechos y se había trasladado a San José de Las Matas con su esposa para aprovechar el clima.

Balaguer resalta que desde el primer momento el rumor público y las primeras investigaciones que ordenó el presidente de la República, Rafael Estrella Ureña, señalaron al general José Estrella como el autor intelectual del hecho, pero el hecho quedó en la impunidad porque la justicia fue paralizada.

En opinión de Balaguer: “Con ese acto inicuo se iniciaba el terrorismo político en la Era de Trujillo”.

Virgilio Martínez Reyna

Virgilio Martínez Reyna había nacido en Santiago en 1885. Desde muy joven se destacó por sus cualidades de orador. Fue un seguidor del Presidente Juan Isidro Jiménez.

No obstante, en el año 1924, fue la principal figura del equipo de campaña de Horacio Vásquez.

Una vez ganada las elecciones por Horacio Vásquez y su compañero de boleta Federico Velásquez, los dirigentes del Partido Horacista, se dedicaron a crear situaciones para impedir que pudiera influir en el Gobierno y le sacaban en cara que Virgilio Martínez Reyna fue un hombre que vino del Jimenismo.

Una noche intentaron asesinarlo, pero la bala disparada por un desconocido apenas le ocasionó un rasguño en el rostro.

Para evitar las presiones de sus colaboradores, el Presidente Horacio Vásquez tomó la decisión de reducir el espacio de Virgilio Martínez Reyna, quien se distinguía por su oratoria que atraía a las personas que tenían la oportunidad de escucharlo.

De Rufino Martínez

En efecto, nombró al principal rival que tenía Virgilio Martínez Reyna, en el Partido horacista, el abogado Rafael Estrella Ureña, Secretario de la Presidencia.

El historiador Rufino Martínez dice que el Presidente Horacio Vásquez, creó el cargo de Secretario de la Presidencia para que lo ocupara por primera Rafael Estrella Ureña.

Virgilio Martínez Reyna, al quedar fuera del Gobierno que ayudó a ganar, se trasladó a su ciudad natal, Santiago. A pesar de que no tenía funciones, conservaba su prestigio.

En 1930 hizo oposición al binomio Rafael Leónidas Trujillo Molina-Rafael Estrella Ureña, pero no pudo participar en los comicios por la campaña represiva que desató el Ejército a nivel nacional. Lo permitió a Trujillo sin la participación de la oposición a las elecciones del 16 de Mayo 1930.

El historiador Rufino Martínez publicó la versión, en su Diccionario Bibliográfico Dominicano 1821-1930, de que el crimen de Virgilio Martínez Reyna, fue planificado en el Departamento Norte del Ejército en el Cibao, con asiento en la Fortaleza San Luis, de Santiago, como una obra de los adversarios que lo trataron de eliminar en el Gobierno de Horacio Vásquez.

Rufino Martínez destaca que el Presidente de la República, cuando ocurrió el crimen, era el licenciado Rafael Estrella Ureña, y que en el momento que se hablaba de que los asesinos transitaban en Santiago, se trasladó allí para poner en acción la justicia, “pero se encontró con que el jefe de la pandilla de asesinos era un pariente suyo, y el también se hizo la vista gorda con la impunidad”.

Al dar su versión, el historiador de Puerto Plata, aclara que Rafael Estrella Ureña no fue de los forjadores del crimen, pero pudo haber ocurrido por su debilidad de carácter.

El asesinato de los esposos Virgilio Martínez Reyna y Altagracia Almánzar causó consternación en el país, pero fue una expresión clara de una política de exterminio contra los opositores a Rafael Leónidas Trujillo y su aliado Rafael Estrella Ureña.

Texto: Héctor Tineo

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